Arthur Schopenhauer en el prólogo a su obra maestra “El mundo como voluntad y representación” nos propone dos posibles usos de su obra: Uno, convenientemente encuadernada podríamos regalarla a nuestra amiga, pues no desmerecerá sobre la mesita de noche. O dos, podemos pasar, sin más dilación, a hacer la crítica. Me he decidido por la segunda opción, aunque no descarto continuar con la primera.
El error de Descartes. Antonio Damasio
En este libro, Antonio Damasio -Premio Principe de Asturias 2005-, analiza sobre bases fisio-neurológicas la relación entre razón y emoción (y en especial trata las emociones sociales). Tradicionalmente se nos había sugerido que la razón no debía contaminarse de las pasiones y se nos aconsejaba “cabeza fría”. Antonio Damasio mantiene que si bien es cierto que determinadas pasiones o emociones pueden interferir en el buen juicio y por tanto no son deseables, la ausencia de emociones puede ser igualmente fatal para el sano juicio y amenazar, hasta imposibilitar, nuestra propia supervivencia. Damasio comienza su estudio con el recordatorio de uno de los casos más famosos y cruciales para el inicio y desarrollo de la neurología; el dramático accidente de Phineas Gage y su trasformación ulterior. Desde este caso inicial Damasio pasa a relatarnos casos de su propia experiencia médica, casos como el del llamado Elliot –un Phineas contemporáneo- o extraños casos de anosognosia , (Incapacidad de una persona para reconocer una enfermedad o defecto que tiene ella misma )
Bueno, valga lo presente como introducción e invitación al libro y su temática, el resto ya os lo comentaré cuando me lo cuente mi amiga.
Entrevista a Antonio Damasio por Eduardo Punset. El cerebro teatro de las emociones.
( Contiene un vídeo y la trascripción completa de la entrevista). Muy interesante.
Aquí os dejo un fragmento como muestra.
“Hay dos posturas sobre cómo se puede contener la pasión. La primera es la que puede asociarse con Kant, en la que, literalmente, dices que no, y por pura voluntad lo niegas; y luego está una postura que podríamos asociar con gente como Spinoza, o como David Hume, mucho más humanizada, porque se percatan de que la mejor manera de contrarrestar una emoción negativa concreta es tener una emoción positiva muy fuerte”
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Debemos darnos cuenta de que las emociones vienen en todo tipo de sabores: hay emociones buenas y emociones malas. Y, de hecho, podríamos decir que el objetivo de una buena educación para los niños, los adolescentes, e incluso para nosotros mismos, es organizar nuestras emociones de tal modo que podamos cultivar las mejores emociones y eliminar las peores, porque como seres humanos tenemos ambos tipos. Tenemos una capacidad positiva fantástica, pero también somos capaces de hacer cosas terribles. Somos capaces de torturar a otra gente, de matarla. Todo esto es inherente al ser humano...
Antonio Damasio
Immanuel Kant, René Descartes y David Hume. Tres filósofos que interpretan y valoran de muy diferente forma la relación entre razón y pasión.