Un buen precepto que no voy a cumplir: No dar ideas.
Leo, en alguna web dedicada a la enseñanza, que en algunos centros para los problemas de disciplina están poniendo en práctica o planteándose algo así como “carnets por puntos”, y “contratos” para estudiantes – con acertada ironía plantea el autor del artículo que tal vez debería entrecomillarse esta última palabra- . Les invito a que intenten proponer una baremación, especial regocijo produce imaginar lo bien que se lo pasará más de uno de los poseedores de tal carnet racionando las tropelías, con la consiguiente mejora en cálculo -una bondad adicional de la medida-. Imaginar en cambio al cráneo privilegiado que propone la medida no les resultará difícil aunque menos divertido. Ignoro si tal propuesta se ha llevado a cabo en realidad, pero no es difícil pensar en algún posible promotor y en quienes fervientemente la secundarían. -"De diez cabezas nueve embisten y una piensa" ,Antonio Machado.-
Cualquier estudiante de lógica lo sabe, claro lo dejó Aristóteles: “una vez aceptado un absurdo se siguen todos los demás, no hay dificultad en ello”.
Ahí estriba toda la dificultad: alcanzar al primer absurdo. Pero no es nada fácil porque está bien protegido; la reducción al absurdo no sirve con los defensores de este sistema, estos te aceptan uno y mil absurdos y se quedan tan panchos.
Orwell en estado puro. Y lo que nos queda por ver.
Acompáñelo con un buen vino blanco y que aproveche.