Un diálogo para besugos


A nadie mínimamente informado se le escapa que últimamente andamos viviendo tiempos algo revueltos en el mundillo político. Ayer, sin ir más lejos, el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero compareció en el congreso de los diputados enzarzándose en un interesante debate con Mariano Rajoy, líder del partido de la oposición. He de confesar que siento debilidad por los debates parlamentarios... cada uno tiene sus vicios. La cuestión es que, como casi siempre que se enfrentan dialécticamente dos políticos, el diálogo sólo sirvió para que cada uno reafirmara sus propias posiciones iniciales y demonizara al contrario. Al final se le queda a uno un mal sabor de boca. ¿Será posible que no puedan ponerse de acuerdo? ¿Acaso el lenguaje sólo sirve para agredir y separar? Últimamente así lo parece... y es lamentable. Hasta que no recordé el texto que os pongo más abajo no hallé consuelo.


Leedlo, os prometo que vais a divertiros.

LAS DOS PESIMISTAS

(E y F, pesimistas recalcitrantes, entran de lados opuestos, refunfuñando. Se encuentran, se detienen, se miran agresivamente)

E : Nada es bueno!
F : Nada es bueno!
E : Qué ha dicho usted?
F : Dije : nada es bueno. Y usted?
E : También dije : nada es bueno. Horror! Estamos de acuerdo.
F : No es posible! Que podemos hacer para ponernos en desacuerdo?
E : Tengo una idea.
F : Es mala.

E : Sí, es mala.
F : Tengo también una idea!
E : También es mala!
F : Si, también es mala. Todas las ideas que podamos tener serán malas...
E : Permaneceremos siempre de acuerdo.
F : Es preciso que yo encuentre algo que sea bueno. Así usted estará en desacuerdo conmigo... Nada es bueno, excepto...

E (ávida) : Excepto?
F (Inspira, se llena de aire, piensa, no encuentra nada, se desinfla) : Nada es bueno.
E : Si. Nada es bueno... mierda, estamos de acuerdo!

(Pausa)

E : Yo digo No!
F : Entonces yo digo Si!
E : Espero que no sea un Sí que está de acuerdo con mi No, sino un Sí que es lo contrario de mi no.
F : Eso!
E : Entonces, está de acuerdo?
F : Dije no!
E : Yo también dije no!
F : No qué?
E : No, nada. Y usted?

F (desperada) : Lo mismo. (Pausa) Nada es bueno.
E : Sí, nada es bueno.

(Pausa)

E (con exagerada convicción) : Estoy en total desacuerdo con usted!
F (con exagerada conviccion) : Y yo con usted! En total desacuerdo!
E : Entonces, todo es bueno para usted!
F : Usted fue la primera que dijo estar en desacuerdo
conmigo! Ergo : todo es bueno para usted!
E : Nada es bueno para mí!
F : Nada es bueno para mí! Estamos de acuerdo!

(Pausa)

F : Qué hacer para ponerse en desacuerdo?
E : No hay nada que hacer. A menos que...
F : ...una de nosotras desapareciera.
E : Desaparezca usted!

F : No. Desaparezca usted!
E : Oh, por fin estamos en desacuerdo! Desaparezca!
F : Desaparezca !

(Comienzan a pelearse. Sus golpes, dados sin energia, son idénticos. Agotadas, cesan)

E : Nuestras fuerzas son iguales.
F : Aunque nos golpeáramos toda la vida, ninguna de las dos podría eliminar a la otra.
E : Sí, la solucion seria que una de nosotras desapareciera, pero no es posible.
F : Sí, no es posible, y eso era lo único bueno.
E : Entonces, como siempre lo he dicho, nada es bueno.
F : Eso es lo que he dicho siempre yo : nada es bueno.
E : Estamos de acuerdo.
F : Qué desgracia!

Alejandro Jodorowsky: Ópera pánica (cabaret trágico)