Platón o el porqué.

Por oscuros motivos,
en desconocidas circunstancias
el Ser Ideal ha dejado de bastarse a sí mismo.

Podría haber durado y durado, sin fin,
hecho de la oscuridad, forjado de la claridad
en sus somnolientos jardines sobre el mundo.

¿Para qué diablos habrá empezado a buscar emociones
en la mala compañía de la materia?

¿Para qué necesita imitadores
torpes, gafes,
sin vistas a la eternidad?

¿Cojeante sabiduría
con una espina clavada en el talón?
¿Desgarrada armonía
por agitadas aguas?
¿Belleza
con desagradables intestinos en su interior
y Bondad
¿-para qué con sombra,
si antes no la tenía-?

Ha tenido que haber algún motivo
por pequeño que este aparentemente sea,
pero ni siquiera la Verdad Desnuda lo revelará
ocupada en controlar
el vestuario terrenal.

Y para colmo, esos horribles poetas, Platón,
virutas de las estatuas esparcidas por la brisa,
residuos del gran Silencio en las alturas.

Wislawa Szymborska.

Vamos ahora a desacralizar el poema:

¿No están aquí aludidos todos los problemas de una teodicea de la trascendencia?.
¿ La prescripción wittgensteiniana de silencio es una invitación a escuchar -y respetar- el Gran Silencio?.
Pero no seamos tan piadosos, no tengamos miedo de hacer sonar nuestras panderetas y nuestras chanclas... se permite hasta mascar chicles y hacer bombas -de goma- que nos exploten en los hocicos.