Cine y literatura

Vía Siete Voces y gracias a Carles Rull en su post "la literatura como fundamento" -un blog y una firma que os animo a frecuentar- he encontrado unas reflexiones acerca del cine y la literatura del director Alexander Sokurov que, aunque polémicas, comparto en su totalidad. Creo que, Felipe, los sufridos alumnos de sociología y.... algún santo más, podrán reconocer alguna recurrente conversación o manía, que espero no sea "mero" puñeterismo. Bueno, os dejo leyendo, creo que vale la pena.

"Cuando un hombre viene al cine, él compra un billete. ¿Cuánto vale? [...] Nosotros pensamos “con estos euros pagamos aquello que hemos visto”, y en realidad no es así. Nosotros pagamos por una película, con el tiempo transcurrido de nuestra vida. Si entramos en un cine y salimos a la media hora, no hemos pagado con el dinero, sino con esa media hora irrepetible de nuestra vida, esa media hora única de nuestra vida. Esa media hora no nos la devolverá nadie, nunca: se fue, se esfumó, se borró, no volverá nunca. Este el precio que ustedes tienen que pagar por el arte visual, este el precio realmente elevado, el más elevado precio que el hombre tiene que pagar por el arte en general. Y en este contexto, lo paga por el cine, que en realidad es una de las más bajas y menos desarrolladas de las artes, la menos perfecta, la más agresiva. El hombre en su pereza despierta su pasividad como espectador de cine, y esto también tiene un aspecto moral muy discutible.

Hablando en términos generales, el 95% del cine actual es una nada visual, un producto visual y no más que eso. Del restante 5%, un 4% sí que merece atención, pero no más. Y un 1% es lo que tenemos que ir a ver, lo que se debería ver. Pero si este 1% hay que valorarlo en relación a la lectura de Goethe, Cervantes, Tolstoi, Chejov, Faulkner, Mann, o muchos nombres más, entonces hay que cuestionarse qué es el cine y qué relación hay que tener con él. [...]
Quiero demostrar un vínculo inseparable entre el cine y la literatura.

Estoy absolutamente convencido de que el cineasta, si quiere llamarse o considerase un artista o un autor, si quiere ser un artista, si pretende un aspecto artístico en su obra, pondrá la literatura por encima del cine. Y leerá más de lo que mira. En la base de cualquier desarrollo, de cualquier pensamiento, en la música, en la arquitectura, en las artes plásticas, cine o arte visual, en el fundamento de todo, está sólo la literatura: ella es el fundamento.

Considero que todo arte y toda cultura empieza por su literatura. Si no hay literatura, no hay humanidad, no hay civilización. Y cuanto más lejos esté la humanidad de la literatura, hay más posibilidad de que las sociedades actuales estén abocadas al caos. Porque la literatura es como el esqueleto de toda vida humanística, todo lo otro se aglutina alrededor de ella, es la más libre de todas las artes, es la más íntima de las artes, incluso diría que es la más respetuosa con el hombre, y además es el arte que más desarrolla al ser humano. Todas las otras formas de arte ponen al hombre en una situación más pasiva, y esto es muy evidente.

Por eso, yo creo que la literatura actualmente se considera poco, ocupa un lugar muy pequeño en la cultura actual: posiblemente prestamos demasiada atención al cine y seguramente es porque preferimos una vida más pasiva, porque una cosa es mirar una imagen o ver un cuadro y otra leer un libro.

Por otro lado, el cine es un arte más abierto, más cosmopolita, no regional. Apareció en Europa, en un país como Francia, y los franceses enseguida lo llevaron a los cafés, al espectáculo, y entonces se hizo de algo que hubiera podido ser más serio, más contundente, más profundo, una cosa de puro entretenimiento, así empezó a crearse el cine. [...] El cine tomó de la música la sinfonía, de la fotografía la composición, de la pintura muchos contenidos, del teatro la dramaturgia, de la literatura el argumento, y sólo se dejó una cosa a sí mismo – que no obstante sí es una particularidad importante -: el paso del tiempo. El cine en cierto sentido se ha detenido con esta cuestión, y no ha sabido qué hacer con él en toda la historia de su existencia y esto seguramente ha alejado al cine de penetrar hasta el fondo en el conocimiento del hombre. Y yo espero que este problema del tiempo, del transcurso del tiempo, nunca se solucionará. Y si alguien llega a la solución, será un cineasta sabio, de enorme grandeza, que se llevará este secreto a la tumba."