Más ilusiones ópticas.

Últimamente el blog anda un poco parado; ya se sabe, se acerca el fin de curso y hay que ir preparando las libaciones al sol. Mientras nos animamos todos, me gustaría que vierais esta ilusión óptica (si, otra ilusión óptica). Tenéis que mirarla fijamente y cuando termine el video, mirar a otro lado.




Esta ilusión me ha recordado a Hume. Según él, no tenemos ninguna idea del mundo exterior porque, ¿de qué impresión iba a derivarse? Sin embargo tendemos a atribuir a nuestras percepciones una existencia externa e independiente de nosotros. La belleza de la ilusión óptica que acabamos de ver es que nos hace ser conscientes de ese carácter fenoménico de nuestro mundo. Lo que se doblega no son las cosas mismas, sino nuestras imágenes mentales. Pero si sólo tenemos acceso a estas imágenes mentales, ¿hay alguna razón para creer en el mundo externo? ¿Es el mundo externo sólo una superstición, como pensaba Berkeley?