La realidad y el deseo


Desde Repaso de lengua se nos invita a unirnos a una conmemoración; hoy se cumplen 80 años del acto de homenaje a Luis de Góngora, un acontecimiento que se considera hito fundacional de la Generación del 27. Se nos invita a sumarnos con la elección de un poema; nosotros, sin embargo, lo haremos recordando un antiguo post que versaba acerca del quehacer poético. Recogíamos allí este fragmento de una conferencia de Luis Cernuda:

1.

El instinto poético se despertó en mí gracias a la percepción más aguda de la realidad, experimentando, con un eco más hondo, la hermosura y la atracción del mundo circundante. Su efecto era, como en cierto modo ocurre con el deseo que provoca el amor, la exigencia, dolorosa a fuerza de intensidad, de salir de sí mismo, anegándome en aquel vasto cuerpo de la creación. Y lo que hacía aún más agónico aquel deseo era el reconocimiento tácito de su imposible satisfacción.
A partir de entonces comencé a distinguir una corriente simultánea y opuesta dentro de mí, hacia la realidad y contra la realidad, de atracción y de hostilidad hacia lo real. El deseo me llevaba hacia la realidad que se ofrecía ante mis ojos como si sólo con su posesión pudiera alcanzar certeza sobre mi propia vida. Mas como esta posesión jamás la he alcanzado sino de modo precario, de ahí la corriente contraria, de hostilidad ante el irónico atractivo de la realidad . Puesto que, según parece, esta es la experiencia de alguno filósofos y poetas que admiro, con ellos concluyo que la realidad exterior es un espejismo y lo único cierto mi propio deseo de poseerla. Así pues, la esencia del problema poético, a mi entender, la constituye el conflicto entre realidad y deseo, entre apariencia y verdad...

Luis Cernuda. Palabras antes de una lectura. 1935
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