Apología de Sócrates
Ayer fue Platón, de la mano de Adrados; hoy su ilustre maestro: Sócrates, el hombre más justo de Atenas a juicio de su discípulo y el más sabio, según el Oráculo, porque sabía que no sabía. Frente a aquéllos que piensan que la filosofía consiste en decir cosas y tener opiniones sobre todo y, como tanto gusta al alumnado LOE, defenderlas no por verdaderas, sino por opiniones, Sócrates es un ejemplo del verdadero espíritu filosófico: Sócrates no cree, Sócrates busca, inquiere, discute, critica y no respeta las opiniones; las ridiculiza y las reduce al absurdo como quien arruga un papel Albal. Por supuesto estas cosas no salen gratis, y Sócrates tuvo que vérselas ante un tribunal, acusado de impiedad y de corromper a la juventud (la enseñanza de la filosofía, siempre clandestina).