Como se supondrá por el post anterior, ando leyendo un librito de artículos de Amos Oz titulado Contra el fanatismo. Amos Oz es un intelectual israelí con una visión muy sensata y realista sobre el conflicto con Palestina. El núcleo de su argumento es que la única solución posible ha de ser necesariamente dolorosa porque ambas partes tienen derecho a ocupar los territorios que ocupan. El único obstáculo es el fanatismo, presente en israelíes y palestinos.
La posición de Amos Oz rechaza la maniquea y simplista toma de partido a favor del 'bueno' (sea éste quien sea). De hecho me temo que esas tomas de partido en su mayor parte son poses o meras consignas repetidas por simpatía. El conflicto entre Israel y Palestina es trágicamente complejo y no admite buenos ni malos, ni puede ser analizado desde pacifismos fantasiosos ni puede pensarse con las entrañas. Exige la serenidad intelectual de la que hace gala Amos Oz, por ejemplo, en la siguiente entrevista, en la que prácticamente trata todos los temas de Contra el fanatismo: