Bienestar y libertad

Os paso un artículo de mi amigo Enrique Ujaldón publicado en el diario La Opinión de Murcia, de 22 de Febrero de 2007 y reproducido en http://www.ciudadprogreso.org.

Se trata de una crítica al socialismo como sistema político. Leedlo con atención y no os cortéis con los comentarios. Por cierto, las críticas de Ujaldón al socialismo, ¿se pueden aplicar al sistema educativo actual?

Socialismo

Enrique Ujaldón

El socialismo es un error. La importancia del error dependerá del grado en que se practiquen las políticas socialistas. Si hay mucho socialismo, entonces el daño que se produce es mucho. Por desgracia, tenemos una larga lista: la Unión Soviética, Corea del Norte, Cuba… Los socialistas están muy preocupados por los pobres, por ello sus políticas aumentan su número. La regla es invariable: a más socialismo, menos libertad y más pobreza. ¿Ello ha desprestigiado al socialismo? Por increíble que parezca, no. Éste resurge en Venezuela, Bolivia, Ecuador, España… No en todos los sitios con la misma intensidad, desde luego. Digamos que el socialismo de nuestros socialistas es de menor virulencia que el socialismo norcoreano, por lo que el daño que producen es menor. Exactamente como ocurre con los virus. Lo que no nos libra nadie es del daño.

¿Por qué siempre es dañino el socialismo? No es fácil explicarlo en un artículo, pero déjenme intentarlo. Los socialistas, como el resto de las personas, detectan muchas cosas en la sociedad que no les gustan y piensan –como los curas– que los culpables son los mismos hombres que, cuando actúan en libertad, tienden a generar males y desequilibrios. Para librarnos de esos problemas, los socialistas, que saben lo que nos interesa “de verdad”, deciden y actúan por todos y para todos; suprimen la libertad a cambio, dicen, de bienestar social. Lo malo es que, de hecho, esto no funciona y lo que consiguen es disminuir drásticamente el bienestar de la mayoría, aunque no de ellos mismos, claro. Es más, como los ciudadanos suelen resistirse a dejarse guiar por sus líderes, el socialismo genera represaliados, torturados, encarcelados, deportados, fusilados, enterrados en cal viva..., en grado dependiente de la virulencia del socialismo. Y siempre produce una merma en las libertades. Por eso el socialismo es dañino en todo lugar.

¿Y por qué no funcionan las soluciones socialistas? El político socialista puede estar imbuido de los mejores deseos, no lo ponemos en duda, pero la cuestión es que para tomar decisiones necesita información, no sólo de cuál es la situación real de la sociedad sobre la que va a aplicar su medida, sino también de cuáles son los efectos de esa medida sobre la sociedad. Y esto es algo que ni tiene ni puede tener. Cuando más importante sea la decisión que va a adoptar, cuando afecte a más gente, menos información tendrá y menos controlará sus efectos en el conjunto de la sociedad: el riesgo de que todo salga mal aumenta exponencialmente. Cuando se quiere controlar toda la sociedad, el desastre está asegurado.

Terminaré con un ejemplo: Organizar el tráfico es difícil, como bien sabemos. Una opción es mejorar las carreteras y poner un código de circulación igual para todos, con normas claras y estrictas destinadas a facilitar el tránsito. Y una policía encargada de hacerlas cumplir. Se producirán atascos y accidentes, pero se trata de perseverar en esas mismas medidas. Pero también se podría querer tener los datos de a dónde quiere ir cada uno de los coches y a qué hora. Hacer los cálculos de los trayectos e imponer cuándo debe salir cada uno y exactamente a qué velocidad. El tráfico quedaría así “perfectamente organizado”. Esa solución es absurda no ya porque violaría la libertad de los conductores, que lo haría, sino porque nadie podría tener y coordinar toda esa información. Para hacerlo harían falta miles de funcionarios para obtener la información, y mucha más policía para hacer cumplir tales normas, lo que aumentaría el coste de todo el proceso. Y aún así el resultado sería un caos carísimo e ineficaz, tanto si se aplica a la vivienda, a la educación o al medio ambiente. Y esto es precisamente el socialismo: un error nacido de la mejor de las intenciones.