Debate: consumismo


En el link que sigue podéis encontrar una página dedicada a la crítica del consumismo y la publicidad. Es muy divertida porque contiene una colección de imágenes que parodian anuncios reales y que en no pocos casos nos harán pensar, como la imágen de al lado.

Ahí va: http://www.letra.org/spip/



Pepito: La verdad es que nos manipulan todo lo que quieren.

Juanito:
¿Qué quieres decir?

Pepito:
Los anuncios... juegan con nuestros sentimientos para hacernos creer que necesitamos determinados productos. Pero en realidad no los necesitamos, son las empresas que los fabrican las que necesitan venderlos. Pero para hacerlo tienen que "crearnos" la necesidad. Nos lavan el cerebro, literalmente.

Juanito:
Pues yo no me siento manipulado. Cuando compro algo, lo hago porque quiero, no porque me haya convencido ningún anuncio.

Pepito:
Claro, eso es lo que te han hecho creer. Tú crees que compras lo que tú quieres, pero en realidad has sido sometido a un constante bombardeo de publicidad que te ha llevado a desearlo. ¿Cuántas de las cosas que compras necesitas realmente?

Juanito:
Pues muy pocas. Afortunadamente.

Pepito:
¿Cómo que "afortunadamente"?

Juanito:
He dicho "afortunadamente" porque si me limitara a satisfacer sólo mis necesidades vitales -porque te refieres a eso cuando hablas de "necesitar realmente" ¿no? (Pepito asiente con la cabeza)- si me limitara sólo a esas necesidades, digo, no sería una persona, sino un cactus o un ratón. Los seres humanos no nos conformamos con satisfacer nuestras necesidades vitales, sino que vamos más allá. Hay un filósofo que dice que, como seres humanos, nos conformamos con vivir, lo que queremos es vivir bien. Si nos limitamos a satisfacer nuestras necesidades vitales no seremos felices. La felicidad es un lujo. La pena es que no todo el mundo se lo puede permitir.

Pepito:
¿No te das cuenta de que eso es lo que quieren que pienses? A las multinacionales, que al final son las que mandan, lo que les interesa es que pienses que la felicidad está en esos lujos innecesarios que ellas pueden proporcionarte. Por eso en los anuncios siempre asocian su producto a una situación feliz. Nos tratan de convencer de que si comemos en sus restaurantes, si nos operamos la nariz, si compramos su ordenador, etc. seremos felices. Pero es mentira. También han dicho muchos filósofos que la felicidad consiste, precisamente en vivir de acuerdo con la naturaleza, y eso significa que tenemos que limitarnos a satisfacer nuestras necesidades vitales.

Juanito:
Pero yo así no sería feliz. ¿Quién eres tú para decirme cómo debo ser feliz? ¿Acaso no tengo derecho a buscar mi felicidad donde me de la gana? Si para mí ser feliz es comer en el McDonalds u operarme la nariz, ¿por qué tienes tú que aguarme la fiesta? Claro, lo que parece que te fastidie a tí es que haya empresas que se enriquezcan a costa de uno. ¿Pero a mí que más me da que una multinacional gane dinero o no? Pues que ganen todo lo que puedan, mientras me respeten me da igual; cada uno tiene derecho a desarrollar su propio proyecto de vida como le de la gana.

Pepito:
¿Pero en realidad eres feliz así? ¿No te das cuenta de que ese "proyecto" tuyo no podrá realizarse jamás? Siempre habrá nuevos productos y nuevas ofertas. Yo me compré un ordenador hace dos años y ahora ya tengo que cambiarlo porque no funcionará con el nuevo sistema operativo Windows Vista. ¿Pero este nuevo sistema me aporta algo realmente interesante? Pues no, es lo mismo, pero con otro envoltorio. La maquinaria del consumo sólo sobrevive si sus productos tienen fecha de caducidad; necesita estar siempre vendiendo. Yo no quiero imponerte mi visión de la felicidad, lo que pretendo es que te des cuenta de que lo que tú crees que es tu felicidad no es más que un truco de las multinacionales para ganar dinero. La felicidad no consiste en tener, sino en ser.

Juanito:
Vale, ¿y qué se te da a tí si yo no soy feliz? ¿Tú eres feliz?

Pepito:
Pues hombre, no se...

Juanito:
Según dices la felicidad consistiría en vivir conforme a la naturaleza, pero parece que te has comprado un ordenador, como dices, y que quieres actualizarte a Windows Vista... Llevas una bonita camisa de marca y vas muy bien peinado -seguro que vas a la peluquería cada poco tiempo-. Tienes un móvil último modelo, y tu coche... ya lo quisiera yo para mí. ¿Eso es vivir conforme a la naturaleza? Si fueras consecuente te irías a la montaña y sobrevivirías desnudo y comiendo raíces.

Pepito:
Quizá tienes un poco de razón en eso... No puedo llevar una vida completamente natural, pero eso no significa que tenga que comprar y comprar y comprar. Trato de que mi vida no se base en poseer cosas, sino en mejorar como persona.

Juanito:
Pues entonces, si ni siquiera tú mismo puedes vivir como preconizas, más vale que no trates de meterte en mi vida.

Pepito:
Yo no quiero meterme en tu vida. En eso te equivocas. Sólo quiero abrirte los ojos.

Juanito:
Vaya, estoy salvado. Ilumíneme, oh gran Pepito.

Pepito:
No te burles, hablo en serio. ¿Puedes comprar todo lo que te apetece?

Juanito:
Pues la verdad es que no, ojalá tuviera más dinero.

Pepito:
Pero eso te causa insatisfacción, ¿no?

Juanito:
Claro.

Pepito:
Y ese sentimiento de insatisfacción, ¿es una especie de dolor?

Juanito:
Sí, vaya...

Pepito:
¿No vivirías mejor si no desearas esas cosas que no puedes conseguir?

Juanito:
Tal vez, pero ¿cómo puedo dejar de desearlas?

Pepito:
No lo se, ¿a mí qué se me da tu felicidad?

Juanito:
Quizá tengas un poco de razón en eso, mi modo de vida consumista a veces me impide ser feliz. Es más, puede ser causa de insatisfacción y de infelicidad. Me mato a trabajar para seguir deseando, y trabajo más y sigo sin alcanzar lo que deseo, los coches de lujo, los chalets, los viajes...

Pepito:
¿Eres feliz así?

Juanito:
Pues no.

Pepito:
Pues vaya par de infelices estamos hechos los dos.

(ríen)